cumplimiento de las especificaciones
normativas.
Marco Teórico o Revisión de literatura
Stafford Beer fundó la cibernética de gestión,
actualmente conocida como Cibernética
Organizacional (CO), en la que presenta a las
organizaciones como sistemas que sobreviven al
medio ambiente por su característica de
adaptabilidad, definiendo a la organización como
sistema viable cuando es capaz de mantener su
existencia independiente. El modelo fue
desarrollado por Beer y plasmado en diversas
publicaciones, con enfoque teórico publicó dos
trabajos, Brain of the Firm (1972) y Heart of
Enterprise (1979), con un enfoque metodológico
desarrolló Diagnosing the System for
Organizations (1985).
El Modelo de Sistema Viable VSM utiliza
principios cibernéticos, entre los conceptos
relevantes tenemos la Ley de la Variedad de
Ashby (1956) o la formalización matemática del
comportamiento de redes neuronales enunciado
en el Modelo de Neuronas de McCulloch y Pitts
(1943). En relación a la CO el trabajo de
Brocklesby y Cummings (1996) reconocen en el
VSM el enfoque evolutivo y mesurado de los
cambios en la institución como un modelo
organizacional lo cual permite a las empresas
fortalecerse con las similitudes entre
organización y modelo, Espinosa y Harden
(2008) consideran que las organizaciones deben
ser diseñadas con fundamentos cibernéticos para
que sean viables en medios ambientes adversos y
para Hoverstadt y Loh (2017) el VSM debe ser
modelado continuamente para una variedad de
diferentes contextos, incluidos contextos con
propósitos dispares.
Un VSM debe presentar características de
retroalimentación y variedad, que son conceptos
cibernéticos de manejo de transformaciones
(Beer, 1984), que permiten comprender a las
organizaciones y mejorar sistemas con extrema
complejidad, autorregulación y probabilismo. El
mecanismo de retroalimentación negativa se
puede emplear para garantizar que estén
regulados para lograr los objetivos preferidos. La
ingeniería de variedades ofrece un medio para
asegurar el control de los sistemas
probabilísticos, cuyo comportamiento no se
puede predecir de antemano (Jackson, 2003).
La teoría de los sistemas sociales ofrece la
perspectiva sociológica en la complejidad sobre
su forma de actuar ante los desafíos del medio
ambiente, Luhmann (1995) postula que “un
sistema es menos complejo que su medio
ambiente”, debido a que una organización vista
como sistema selecciona únicamente una
limitada cantidad de información disponible
fuera de sus límites, para que pueda existir un
sistema social su razón es la reducción de la
complejidad entendida como el horizonte infinito
de posibilidades de acción y experiencia
(Schneider, Wickert & Marti, 2016).
El modelado de sistemas viables debe
considerarse una de las herramientas más
poderosas en el estudio de estructuras
organizacionales (Espejo, Bowling &
Hoverstadt, 1999). Para modelar un sistema
social se utilizan metodologías como la de
Sistemas Suaves (Checkland, 1981) que hace uso
de modelos de actividad humana, con la finalidad
de evaluar y analizar a los entes participantes de
una situación problema en el mundo, las
percepciones de esa situación y la disposición
para seleccionar acciones concretas que permitan
adaptarse a las percepciones y juicios de un
conjunto de actores. Esta metodología, lo que
hace es buscar soluciones a un conflicto
establecido en donde intervienen elementos
sociales, políticos y humanos.
Un sistema es viable cumpliendo los requisitos
que la teoría específica, para que una
organización sea viable debe de disponer de
cinco sistemas gerenciales con sus
interrelaciones (Fig. 1):
Sistema 1 (S1), denominado “Operación” tiene
la función de gestionar las operaciones de las
actividades primarias, así como los activos, que
son definidas como unidades operativas (Huygh
& Haes, 2019). Las unidades operativas
producen resultados, los cuales pueden ser bienes
o servicios en una organización (Sadi, Wilberg,
Tommelein & Lindemann, 2016).
Sistema 2 (S2), denominado “Coordinación” es
el proceso de autorregulación para hacer frente a
las oscilaciones que surgen a través de las
interacciones entre o dentro de los sistemas
viables integrados, esta gestión reduce el
conflicto entre ellas y crea cohesión para
mantener la estabilidad (Beer, 1979).