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10 Magíster en Desarrollo Comunitario Sustentable, Universidad Nacional de Costa Rica. Especialista en Pedagogía y Docencia, Fundación Universitaria del Área Andina. Ingeniero Agropecuario, Universidad del Cauca. Docente Institución Educativa Villa de Los Andes, La Plata Huila - Colombia.
11Contrato celebrado entre docentes con operadores del sector privado con una duración que corresponde al año escolar, salvo que las partes pacten un periodo diferente.

Introduction

La realidad de los diferentes territorios rurales en Colombia, guarda similitudes en términos de la escasa preocupación que históricamente ha existido desde los diferentes gobiernos para el diseño de políticas dirigidas a cerrar las brechas de desigualdad social entre el mundo rural y el urbano, siendo cada vez más evidente la agudización de la crisis y desigualdad social.

En materia educativa, muchos niños y jóvenes se ven expuestos a situaciones de riesgo por procesos de violencia armada en territorios que configuran escenarios de conflicto en medio de intereses económicos alrededor de economías extractivas como la minería o economías ilícitas que sustentan su base en los cultivos de coca, caso de muchos municipios del sur occidente colombiano. A su vez, se encuentran frente a una realidad escolar con carencia de recursos, aulas escolares, dotación de medios educativos, entre muchos otros, sumado a una política educativa que no guarda relación con las realidades y necesidades del mundo rural colombiano.

Pese a que desde el orden nacional y regional han existido estrategias para ampliar la cobertura educativa, lo cierto es que esto está lejos de generar reales procesos de transformación del campo colombiano, toda vez que se sigue educando en la mayoría de instituciones a través de una serie de directrices que en nada cuestionan la realidad, más bien, buscan instaurar una política homogénea que responde a intereses impuestos desde la OCDE.

Otro asunto que preocupa y en especial aquellos territorios que sustentan su base económica en cultivos de uso ilícito como lo es el caso del municipio de Argelia Cauca, es el impacto que estos han tenido en materia de deserción escolar. Desde la realidad vivida en la Institución Educativa Técnica Miguel Zapata y a partir de estudios realizados por Arboleda (2017), se puede inferir que las economías ilícitas han generado una enorme desestructuración social que ha impactado también en el ámbito educativo. Los imaginarios construidos alrededor de una economía en la que circulan grandes flujos de dinero, ha impactado a un gran número de jóvenes que optaron por abandonar sus estudios para dedicarse a diferentes actividades asociadas a la economía local, otros, en su lugar, abandonaron la escuela para insertarse a grupos armados que operan en la zona, o porque tuvieron que emigrar por diferentes situaciones de violencia vividas en el territorio.

El Corregimiento de El Plateado, lugar de incidencia de la Institución Educativa Técnica Miguel Zapata, después de la década del 70 incursionó en la dinámica de las economías ilícitas del cultivo de coca, fenómeno que generó diversas consecuencias como la llegada de personas de distintas partes del país en búsqueda de mejores oportunidades económicas, pero a su vez, la oleada de diferentes formas de violencia alrededor de múltiples intereses que se tejen en el territorio. Los efectos de la economía local afectaron a la comunidad en general, y desde luego, el tema educativo no podría ser la excepción. Los imaginarios de vida en un escenario de ostento, derroche y violencia, fueron y son aun para muchos jóvenes el reflejo de una cultura hedonista que no priorizó la formación de capacidades a partir de los procesos educativos. A su vez, la instalación y avance de los monocultivos de coca, desplazó toda una cultura y conocimientos asociados a la producción local de alimentos, generando condiciones para la pérdida de soberanía alimentaria. Esta razón condujo a que desde el interior de la comunidad educativa, se optara por la formación técnica en la modalidad agroindustrial, buscando formar jóvenes y construir estrategias que permitan crear otros imaginarios para el desarrollo comunitario.

Es sobre este marco que hacer memoria, reviste importancia para lograr identificar los principales avances y dificultades que se han tenido en materia educativa, a su vez, como insumo para re-pensar la educación como un instrumento capaz de movilizar conciencias y construir subjetividades dirigidas al fortalecimiento de los procesos comunitarios.

La sistematización de experiencias, un campo para la reflexión y la acción

La sistematización de experiencias como campo de estudio, permite a los actores sociales la reflexión y producción de saberes a partir de su propia experiencia, constituyéndose en un elemento para la transformación social desde una mirada crítica de la realidad. Por tanto, es un ejercicio participativo que se construye desde de la acción directa de los actores involucrados y permite identificar lecciones y dificultades a partir los diferentes sucesos que desde la experiencia han vivido los sujetos. Como lo manifiesta Chaves (2010) citado por Pérez (2016) sistematizar ‘‘es detenerse, mirar hacia atrás, ver de dónde venimos, qué es lo que hemos hecho, qué errores hemos cometido, cómo los corregimos para orientar el rumbo, y luego generar nuevos conocimientos […] para transformar la realidad’’ (p. 14). Por tanto, es un proceso con un sentido crítico e histórico que se constituye en una herramienta que permite trazar nuevos rumbos para el cambio social.

La interpretación de expresiones, gestos, simbolismos, hacen parte del imaginario social que entra en juego a la hora de intentar comprender la realidad, por tanto, ‘‘la experiencia subjetiva inmediata y la manera como las personas experimentan e interpretan su mundo reviste enorme importancia para la producción colectiva de conocimiento’’ (Alegría, 2013, p.31).

La sistematización como proceso social y teórico, es una práctica que tiene sus antecedente en la década del cincuenta y sesenta como respuesta a la necesidad de revalorar el Trabajo Social como una disciplina con verdadero estatus científico-técnico (Jara, 2014 ) y que en la década del setenta encuentra en Latinoamérica un contexto bastante convulsionado que condujo a la generación de una masa crítica frente a los procesos de intervención promovidos desde Norteamérica desde la lógica de la promoción del ‘‘desarrollo’’ y desde el cual se genera todo un proceso de ‘‘Reconceptualización del Trabajo Social’’ (Jara, 2014 p. 54). Ya en la década del ochenta y noventa los procesos de sistematización empezaron a marchar en las rutas de la educación para adultos y la educación popular, abriendo un importante camino de reflexión desde el ámbito educativo.

Como lo señala Alegría 2013, la sistematización como propuesta investigativa ya viene siendo implementada en muchas universidades y ‘‘adquiere un estatus de método de investigación. Sus aportes son la descentración del saber social y reivindica que en la práctica hay un saber’’ (Alegría, 2013, p. 22), es decir, la experiencia misma de los sujetos genera un acumulado de conocimientos que adquieren un carácter histórico y que es posible visibilizar al partir del ejercicio reflexivo desde la misma participación de los actores inmersos en la experiencia.

Un aspecto fundamental es que no toda experiencia es sistematizable, existiendo algunos criterios que es necesario considerar y que muy bien los señala Alegría (2013) de la siguiente manera:

[…] el primero que exista la experiencia y que esta sea una práctica política, comunitaria de trabajo colectivo y participativo, un segundo criterio o momento es ordenar la documentación de fuentes secundarias; es decir que exista un soporte en documentación que permita triangular la información; un tercer momento es un ejercicio de escritura hecho a varias manos y entrevistas que permiten ajustar la práctica, con esto permite comprender, interpretar y extraerles los aprendizajes de los procesos vividos y por ultimo vienen la conceptualización teórica de la práctica y su socialización. (p. 22)

Así, la sistematización se asume como un ejercicio crítico que busca generar procesos de cambio social, de allí que adquiere un carácter emancipador desde aquellas experiencias comunitarias y sociales que resisten frente a las diferentes estrategias de dominación y sometimiento impuestas en nombre del ‘‘desarrollo’’.

Metodología

En el desarrollo de la sistematización se combinaron técnicas de investigación acción participativa (I.A.P.) con técnicas de investigación del enfoque fenomenológico y etnográfico. En el primer caso, la sistematización como proceso reflexivo y participativo hace parte de los elementos metodológicos de la Investigación Acción Participativa, momento en el cual los sujetos reflexionaron a partir de sus experiencias, en este caso, el colectivo docente hizo su propia reflexión y memoria del proceso histórico de la educación en el Corregimiento de El Plateado.

Del mismo modo, el proceso de sistematización se enmarcó dentro del enfoque fenomenológico a partir del intento de comprender desde las narrativas de los sujetos el proceso histórico de la educación en el contexto local y desde allí, generar insumos para un análisis crítico de la realidad desde el cual surge la necesidad de crear propuestas pedagógicas que apunten a transformar algunas condiciones que se vivencian en el escenario local. La entrevista y los grupos focales fueron herramientas que permitieron hacer una lectura desde los actores, (los docentes) de la historia educativa en El Plateado.

En cuanto a los aspectos etnográficos, la experiencia de vida del investigador en el contexto de investigación, permitieron una mayor aproximación y comprensión de los procesos sociales que se vienen desarrollando en el territorio.

Results and discussion

La educación en el Corregimiento de El Plateado, elementos históricos para su comprensión

La fundación del corregimiento de El Plateado data de la década del cincuenta, pero ya desde mediados del cuarenta se había dado inicio a las primeras movilizaciones desde la localidad de Guadualito, municipio de El Bordo Patía, de personajes como Miguel Zapata, Isaac Navia y Felipe Rosero, a los que luego se unirían Gregorio Bravo, Jovino Solarte, Epifanio Muñoz, José Gutiérrez y Manuel Zapata, fundadores del centro poblado, historia que es narrada por el mismo Zapata (2004) y que también retoma Arboleda (2017) a partir de un estudio sobre temas de juventud en el corregimiento, el cual muestra en su recorrido histórico la ruptura de un escenario caracterizado por una economía de subsistencia campesina, a un ambiente en permanente tensión alrededor de los diversos conflictos derivados de las nuevas dinámicas socio-económicas surgidas a partir de la década del setenta con la aparición y expansión de los cultivos de coca.

Es en este escenario que cataloga Arboleda (2017) como ‘‘pueblo de colonos y aventureros’’ en el cual tiene lugar la acción educativa de la Institución Educativa Técnica Miguel Zapata, memoria que es importante reconstruir para ubicar sucesos históricos que permiten trazar pistas que posibiliten continuar avanzando en la construcción colectiva de una apuesta educativa pertinente al contexto local.

En esta línea, en principio, los intereses de los primeros colonos estaban en el establecimiento de las bases para la producción de alimentos y edificación de las primeras viviendas de las familias que empezaban a establecerse en el sitio escogido para el florecimiento de una nueva población, no pasó mucho tiempo para que se diera paso a la construcción de la primera escuela, demostrando este suceso que la educación se constituía en un elemento de importancia comunitaria. Zapata (2004) narra que para el año de 1953 ya se había cimentado las bases de la primera escuela, un rancho construido con materiales de la zona como estera de guadua y techado con hojas de palma, además de la dotación de un tablero en el cual se daría inicio a las clases que dictaba la señora Ermilia Montenegro, docente que empezó su labor educativa con solo cuatro estudiantes. Posteriormente, el mismo Zapata (2004) menciona que por petición de la comunidad, sería nombrada la profesora Flor María Kilo, oriunda del municipio de El Tambo Cauca. Fue hacia el año de 1962 cuando se departamentaliza la primera escuela bajo la gobernación del Cauca en cabeza de Henry Simonds Pardo, hecho que se dio mediante la ordenanza 03 del 5 de noviembre del mismo año (Muñoz y Torres; 2010, citado por Arboleda, 2014).

Con base en algunos relatos, es para esa época cuando se construye la escuela en la parte alta del caserío de lo que hoy es la cabecera corregimental, suceso que se dio a partir del aporte de los recursos propios de la comunidad y que posteriormente recibiría apoyo de diferentes instituciones públicas y privadas como la Federación Nacional de Cafeteros, el PNR, Alcaldía Municipal (Muñoz y Torres; 2010, citado por Arboleda, 2014), permitiendo así la oferta de educación básica primaria hasta el grado quinto.

Pese a que en un inicio la economía local se caracterizó por sistemas productivos de subsistencia, ésta encontraría un nuevo escenario que generó cambios profundos a finales de la década del setenta. Arboleda (2017), menciona que durante esos años se dio inicio a la implementación y expansión de los cultivos de coca con fines ilícitos, reconociendo que antes de su aparición con fines de extracción de alcaloides, la coca también era utilizada por algunos habitantes con propósitos culturales y también medicinales.

La llegada de los cultivos de coca en su fase ilícita significó una serie de cambios profundos en la comunidad, el flujo de población que inmigraba a la zona en búsqueda de mejores oportunidades económicas, se constituyó en una característica que es muy común en las épocas denominadas bonanzas cocaleras, generando a su vez el desplazamiento de la base productiva de cultivos de pancoger y especies pecuarias que se producían con fines alimentarios.

Posteriormente, la aparición de actores armados como las guerrillas de las FARC-EP, luego del ELN, como también la amenaza de grupos paramilitares y la presencia armada del Estado, fueron elementos que entraron a conformar parte de una nuevo ambiente de violencia, atravesado por muertes y desapariciones no solo en el corregimiento de El Plateado, sino en corregimiento aledaños como El Mango y Sinaí.

Este nuevo escenario propició profundos cambios en términos culturales y también en el ámbito educativo. El flujo de población que llegaba a la localidad procedente de diversas partes del país generó una crisis de identidades y a su vez, una crisis en las expectativas de vida de jóvenes en edad escolar. El prototipo del cocalero, con lujos y ostentos, se constituyó en el imaginario de vida de muchos jóvenes, al igual que la incidencia de los grupos guerrilleros, creó imaginarios que condujo a que un número significativo de jóvenes decidieron empuñar las armas en nombre de una lucha que terminó segando las vidas de toda una generación que no vio en la educación una vía real para la transformación social. Arboleda (2017) menciona que en ese tiempo ‘‘las escuelas eran no solo el escenario donde los docentes intentaban educar a los niños y jóvenes, también fue el espacio predilecto en donde los guerrilleros hacían sus campañas de adoctrinamiento’’ (p. 95). Desde las narraciones escuchadas de docentes, queda evidencia que tras la aparición de actores armados en la zona, enlistarse en las filas armadas de los grupos guerrilleros fue visto como una opción de vida por muchos jóvenes.

En ese tiempo yo llegué a tener unos muchachos, en ese tiempo, sabe ¿qué era lo que más les inclinaba? […], irse para la guerrilla, eso sí, hasta unas niñas que ya están bajo tierra, un niño que desde primerito ¡que yo quiero ser guerrillero!. Uno los motivaba […], el problema en ese tiempo a los niñitos ¿por qué les llenaban el cerebro? porque ellos llegaban a la escuela en horas de descanso, se sentaban en el piso y los llamaban y ellos les hacían ruedo para ver como armaban y desarmaban esas pistolas, como les colocaban los tiros […], no sé qué les dirían pero ellos no alcanzaban ni a terminar el tercero y ya se iban para la guerrilla […], niños, niños…¡y los mataron! (A. Macías, comunicación personal, 4 de febrero de 2016, citado por Arboleda 2017, p.95).

Todo este proceso impactó las dinámicas educativas locales, desde el involucramiento directo de los jóvenes en la guerra, hasta la alta deserción en varios momentos como resultado de la inclusión de los jóvenes en el mercado laboral asociado a los cultivos y procesamiento de hojas de coca, o también, como consecuencia de los flujos migratorios producto de la implementación de estrategias para la erradicación de los cultivos de coca del Plan Colombia.

La historia de guerra, señalamientos y estigmatización que se empezó a vivir en el territorio desde la década del setenta atravesó todas las esferas comunitarias, tanto así que para muchos, el ser estudiante o el ser docente, se constituyó en un sinónimo de pérdida de tiempo ante un panorama local que ofrecía oportunidades para acumular cuantiosas sumas de dinero a través de las actividades asociadas a lo ilícito.

Del mismo modo, algunos profesores narran que era muy común que los estudiantes dejaran de asistir por temporadas a la escuela, porque debían asumir labores en sus fincas o porque simplemente veían en el trabajo del raspachin o de ayudantes en los laboratorios una mejor opción para conseguir dinero.

Bajo ese contexto, la labor docente se veía enfrentada a imaginarios sociales en los cuales el afán de acumulación en los jóvenes a partir de su inserción en las actividades de la economía local impedía en parte que desde la institución educativa se generara un mayor impacto en términos educativos.

Entrada la década del 90, ya para los años de 1994 y 1995 a partir de la necesidad de dar continuidad al proceso de formación de niños y niñas que terminaban grado quinto, por iniciativa de un grupo de docentes se realiza la gestión y apertura del ciclo de básica secundaria, hecho que condujo al cambio de nombre de la institución con la cual había sido creada en 1964 (Muñoz y Torres; 2010, citados por Arboleda, 2014), llamándose a partir de ese momento Colegio Básico Miguel Zapata.

Según relatos de docentes, inicialmente se requirió el esfuerzo y compromiso de los profesores quienes aportaron recursos y parte de su tiempo para que fuera posible el crecimiento de la institución, al igual, la comunidad junto con el apoyo de las Juntas de Acción Comunal y las guerrillas de las FARC-EP, también jugaron un papel fundamental en la consecución de recursos económicos y coordinación de esfuerzos para dar inicio a la construcción de la primera parte de la planta física con la que hoy cuenta la sección de bachillerato de la institución educativa.

Frente al proceso de participación de las FARC-EP, se rememoran algunos momentos que dejan en evidencia el papel que este grupo armado cumplió en el territorio ante la ausencia estatal en materia de inversión social.

El colegio de abajo fue hecho por la ayuda y organización de las FARC, primeramente empezaron a buscar el lugar para organizar el colegio, primero que iban a comprar una finquita que tenía don Ramiro por acá arriba […] entonces se pusieron a analizar que eso allá era lejos […]. Quedaba lejos y los muchachos para ir a pie, porque en ese tiempo no había carretera, era camino y los caminos en invierno se ponían pero feos. Después consiguieron entonces el lote del colegio donde está hoy día, eso era un rastrojero. Decían que habían encontrado calaveras, eso como que era un sitio donde iban y tiraban a los que mataban, dicen que encontraron varios cuando explanaron eso. La guerrilla se puso con la junta, y a todos los que tenían cultivos en ese tiempo, no recuerdo muy bien, tenían que dar no sé si era doscientos mil pesos por hectárea y a los que la trabajaban era una cuota más alta. Así fue como hicieron, recolectaron los fondos y trajeron unos señores, de Mercaderes como que eran ellos para que empezaran la construcción. Por eso ese colegio de acá es hecho por la comunidad, también pusieron a que colaboraran trayendo arena […], la traían en caballos, bajaban hasta la orilla del río a traerla. (Macías A., comunicación personal, febrero de 2016)

De esa manera fue construido entonces parte de la infraestructura en el cual reciben educación los grados de básica secundaria y media técnica y algunos grados de primaria en la actualidad.

A pesar de que para el año 2000, la institución educativa mostraba importantes avances en materia de infraestructura, cobertura educativa y contratación de personal docente, estos en gran parte eran contratados bajo la figura de oferencia11, situación que generaba crisis al inicio de cada año escolar al no coincidir los proceso contractuales con el inicio de las actividades académicas de los estudiantes, quedando sin atención escolar un número significativo de jóvenes y niños.

Otro elemento dentro de la historia institucional se da con la resolución 0444 del 26 de abril de 2004 mediante la cual la Gobernación del Cauca ordenó la integración de algunos centros educativos en el municipio de Argelia y en su artículo vigésimo segundo, menciona que la Institución Educativa Miguel Zapata ofertaba para la época el servicio educativo para los Niveles de Educación Preescolar, Básica; Ciclos, primaria y secundaria. Ya para el año 2007 con base en el concepto técnico emitido por Leonel Alfonso Pino Burbano, supervisor de educación del momento, se da viabilidad para el nuevo cambio de razón social de la institución, hecho que se dio bajo la resolución 5552 de noviembre de 2007, autorizando se esta manera la oferta de educación media técnica bajo la Modalidad Agroindustrial.

Así, la aprobación de la modalidad técnica en especialidad Agroindustrial se constituyó en un logro de importancia educativa para la comunidad dando respuesta a la necesidad de vincular la educación con los procesos de producción y transformación de alimentos desde el escenario local. La llegada de los cultivos de coca desplazó por completo la anterior base productiva y con ello una serie de saberes asociados a la producción diversificada de alimentos, situación que condujo a la necesidad de fomentar prácticas de producción campesina en el escenario educativo.

La institución tomó la modalidad agroindustrial, teniendo como base querer el cambio de la comunidad, porque como todos sabemos, acá en la región de El Plateado y ahora en la mayoría del municipio, tenemos el monocultivo de la coca, que ha sido en verdad la oportunidad que ha tenido el campesino para poder subsistir, pero también ha sido el cambio de cultura. Hemos pasado de una cultura agrícola tradicional a este monocultivo, donde realmente los cambios han sido en algunos aspectos digamos que buenos, porque la gente tomó otro nivel socioeconómico y cultural, pero a su vez, ha conllevado a traer mucha violencia, […] la pérdida de valores y el desconocimiento de nuestros ancestros que eran netamente agricultores. Era preocupante cuando las primeras clases que los profesores impartían a los estudiantes, los niños desconocían por completo como se cultivaba algo tan común como el plátano, la arracacha, la yuca […], no sabían, porque habían nacido en la cultura de la coca. (Torres E., septiembre 19 de 2017)

La elección de la modalidad técnica dio paso para que se empezaran a implementar proyectos productivos con estudiantes en predios de la institución, que si bien han significado un importante escenario para educar, han contado con dificultades como la falta de nombramiento de personal administrativo que apoye las diferentes actividades que se desarrollan.

En el marco de la modalidad técnica, desde el año 2009 se empezó a desarrollar un evento al que se denominó ‘‘Muestra Agroindustrial’’, espacio cuyo propósito era permitir que la comunidad se integrara alrededor de diferentes actividades artísticas, culturales, pero en esencia, a partir de la muestra de diferentes proyectos de transformación agroindustrial que desarrollaban estudiantes junto con el acompañamiento de padres de familia y docentes. Posteriormente, a partir del año 2017 por iniciativa de docentes principalmente de áreas técnicas y con el acompañamiento de algunas instituciones como la Universidad del Cauca, este evento tomó un rumbo con un carácter más político, pasando así a llamarse ‘‘Minga de saberes, revitalización de semillas nativas y criollas y Muestra Agroindustrial’’ siendo el año 2018 la segunda versión del evento.

Hay que mencionar también que para el año 2010, el gobierno nacional a través de la Secretaría de Educación del departamento del Cauca adjudicó recursos a partir de ley 21 de 1982 para la construcción de nuevas instalaciones educativas, permitiendo la disponibilidad de cinco aulas y baterías sanitarias adicionales para la atención de la demanda educativa. Si bien ello permitió que se avanzara en términos de infraestructura para atender la demanda educativa de un mayor número de jóvenes, el número de salones con los que se disponía no era, ni es suficiente para la demanda escolar en la localidad, situación que ha obligado a que se desarrollen dos jornadas académicas durante el día para poder cubrir las necesidades educativas de la población.

No puede pasar desapercibido que durante los años 2008 y 2010 en la zona se incrementó el conflicto armado como resultado del establecimiento de estaciones de policía y bases militares en zonas estratégicas del país como una medida de control territorial, realidad de la cual el municipio de Argelia no fue la excepción, y por supuesto el corregimiento de El Plateado terminó también siendo foco de permanentes confrontaciones armadas entre los distintos actores violentos presentes en el territorio. En el ámbito educativo esta situación generó momentos de tensión, miedo y dificultades de movilidad de los estudiantes, a su vez, también hubo casos de desplazamiento de jóvenes cuyas familias vieron amenazadas sus vidas decidiendo salir de la zona, situación que en lo corrido del año 2020 ha vuelto a agudizarse tras la disputa del control territorial de actores armados en la zona.

Por otra parte, las necesidades educativas crecían no solo en jóvenes de edad escolar sino también en un importante sector de población de adultos, así, otro hito importante se da con la creación del programa para educación de Adultos y Jóvenes en Extra edad, más comúnmente denominado sabatino en el escenario local. Hacia el año 2012, por iniciativa de algunos docentes como Alberto Gómez Navia, Carlos Armando Pérez y Yoly Magaly Patiño, quienes ya no hacen parte de la institución, se realizó la solicitud formal ante la Secretaría de Educación Departamental del Cauca, para la creación del programa para Jóvenes y Adultos.

Este suceso significó un nuevo reto a nivel institucional; brindar la oportunidad de educación para un número significativo de habitantes que por múltiples circunstancias habían dejado de estudiar. De la voz de la docente que asumió la coordinación del programa, se menciona que durante los años 2012 y 2013, en el departamento del Cauca se llegó a ser la institución con mayor número de estudiantes y con el mayor índice de permanencia para este importante sector de la población.
Posteriormente, a partir del mes de febrero de 2013, la Secretaria de Educación y Cultura del Cauca a través de la resolución número 01234, otorga el reconocimiento oficial de los Ciclos lectivos especiales integrados de educación formal para Jóvenes y Adultos, oficializando de esta manera la educación para jóvenes y adultos.

Otro elemento de importancia en la historia educativa se relaciona con el ingreso de algunas ONG a la zona como el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) y Save The Children, organismos que brindaron apoyo a nivel institucional desde el año 2013 hasta el año 2018, como también organismos estatales como la Unidad de Víctimas, como resultado de los procesos de focalización de instituciones educativas ubicadas en zonas de conflicto armado, situación de la cual el municipio de Argelia se constituyó en un territorio emblemático por toda la historia de guerra surgida desde la década del setenta con la presencia de grupos armados y posteriormente por los procesos de dejación de armas del 60 frente de las FARC-EP tras los acuerdos de Paz. Así, hacia el año 2013 aparece en la zona en el NRC y focaliza a la institución educativa para apoyar en temas de cobertura educativa.

Inicialmente con el censo a personas por fuera del sistema educativo e iletrados, después con encuentros llamados EBNN que significa la escuela busca al niño y la niña, en donde se dieron cuenta que la mayor población estaba en los adultos, después con una estrategia denominada matriculatón y finalmente con permanencia. Cuando NRC estaba terminando sus acciones de apoyo llega Save The Children en el 2017. (Exfuncionaria del NRC, comunicación personal diciembre de 2018)

Con la llegada del NRC, la institución educativa recibió apoyo no solo en temas de cobertura educativa y permanencia, sino también en dotación de material educativo y un aula temporal para la atención de un programa al que se llamó ‘‘Caminar en Secundaria’’ el cual tenía como propósito brindar la oportunidad para que aquellos jóvenes que se habían retirado del sistema educativo pudieran reingresar a través de un proceso de nivelación en un sistema de educación flexible.

Posteriormente en el año 2015 como resultado de los procesos de nombramiento de docentes que habían ganado el concurso de méritos ante la Comisión Nacional del Servicio Civil en el año 2012, llegan a la Institución Educativa varios educadores, en su mayoría provenientes del norte del Cauca, en especial de los municipio de Guachené, Santander de Quilichao y también de municipios del occidente del departamento como El Tambo. Esta situación generó una ganancia para la institución puesto que llegaban al plantel educativo maestros con la posibilidad de entrar a conformar la planta docente en propiedad, disminuyendo de esta manera una de las problemáticas institucionales representada en la falta de nombramiento de docentes que ha caracterizado la zona.

Durante el mismo año, se genera un nuevo proceso de apoyo institucional, en esta ocasión por parte del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA. Para ese momento, la Institución Educativa Técnica Miguel Zapata entró a conformar parte de los procesos de articulación educativa a través de la formación técnica en Agroindustria Alimentaria, suceso que ha permitido fortalecer aprendizajes en temas relacionados con la transformación de alimentos a partir de la formación complementaria que reciben los estudiantes desde grado décimo.

Finalizando el año 2016 cuando el Consejo Noruego para Refugiados estaba en su fase final de apoyo, la institución educativa es priorizada por la ONG Save The Children, quien desde el año 2013 junto con el Consejo Noruego celebró un contrato de cooperación con la Gobernación del Cauca para desarrollar un proyecto denominado ‘‘Vive la Educación’’ en los departamentos de Cuaca y Nariño. Bajo el marco de este proyecto, Save The Children ingresa inicialmente a realizar apoyo institucional a partir de procesos de capacitación a estudiantes para mejorar en resultados de pruebas saber, y también a través del apoyo directo en los procesos de mejoramiento institucional (PMI) a finales del año 2016. Un elemento importante de este proceso es que se priorizaron varias acciones dentro de la ruta de mejoramiento institucional, la cual dentro de su componente de gestión comunitaria, estableció apoyar proyectos pedagógicos enmarcados en el componente de Seguridad Alimentaria como vía para generar un mayor impacto en la comunidad desde los procesos educativos, suceso que dio paso para que se formulara una propuesta que fue financiada por la ONG a través de una estrategia de apoyo denominada ‘‘Bolsa Concursable’’ y de la cual surgió una importante propuesta de transversalización curricular pertinente al contexto.

No podrían quedar por fuera de la narrativa algunos sucesos que dan cuenta del esfuerzo que históricamente ha tenido que hacer la comunidad organizada para la exigencia de sus derechos en materia educativa, como también el apoyo brindado por la misma para suplir algunas de las tantas necesidades que ha tenido y aún tiene la institución. En este sentido, los paros promovidos por padres de familia y estudiantes ha sido una constante que ha caracterizado la vida escolar en la institución y en general en todo el municipio de Argelia, cuya causa principal ha radicado en la falta de nombramiento oportuno de docentes, necesidades en temas de infraestructura o el incumplimiento de programas Estatales como el Plan de Alimentación Escolar (PAE). Así, por ser una región apartada de la capital del departamento, a lo que se suma la estigmatización por cuenta de la guerra y el narcotráfico, es común que muchos docentes no quieran ir a laborar a la zona, que sumado a las dificultades de nombramiento de maestros, genera una situación en la que no se brindan condiciones plenas para garantizar educación a todos los estudiantes. Esta situación ha conducido a que en repetidas ocasiones los padres de familia se organicen y suspendan las clases para ser escuchados en las instancias municipales y departamentales, sucesos que luego de procesos de negociación permitieron que en el año 2013 se nombrara en provisionalidad varios a profesores, solucionando de manera temporal el déficit docente. Sin embargo, durante los años 2014 a 2019 la suspensión de clases ha sido una constante a principio de cada año lectivo no solo en la institución sino en todo el municipio, con una variante en los años 2017 y 2019. Para esos años, no fueron los padres de familia quienes tomaron la decisión de suspender las clases, sino que fueron los estudiantes quienes tomaron la iniciativa, suceso que demuestra el empoderamiento que adquirieron a través de experiencias promovidos al interior de la institución educativa como las Juntas de Acción Comunal Estudiantil, ejercicio que posteriormente a través de trabajos participativos a nivel municipal permitió la unidad de algunos intereses y acciones comunes entre los líderes estudiantiles de las diferentes instituciones educativas del municipio para la exigencia de derechos.

En este sentido, un hecho icónico en el año 2017 se da cuando los estudiantes organizados logran a través de una acción de tutela que la Secretaría de Educación Departamental reconociera el derecho al nombramiento de un docente que requería la institución, suceso que empoderó aún más el proceso estudiantil y que luego en el año 2018 permitió que lograran sentar en una mesa de negociación al alcalde municipal, hecho que les posibilitó pactar algunos compromisos en materia de infraestructura y restaurante escolar, demostrando así la capacidad de organización y presión ejercida por el estudiantado.

Finalmente, no puede desconocerse que los procesos organizativos comunitarios también han sido fundamentales en las dinámicas de la institución educativa. Las Juntas de Acción Comunal (J.A.C.) como órganos de representación campesina y líderes comunitarios locales han estado abiertas al diálogo y colaboración con actividades que se promueven desde la institución. De esta manera, a nivel local se ha tenido que recurrir a diferentes estrategias para ir supliendo paulatinamente parte de las necesidades, sin negar que los recursos de transferencia Estatal son importantes pero no suficientes para los requerimientos que se tienen para brindar educación de calidad.

Conclusiones

Hacer memoria del pasado permite la reconstrucción de sucesos que hacen parte de las historias locales. En este caso, desde el tema educativo, la historia de la Institución Educativa Técnica Miguel Zapata es la narrativa del trabajo organizado de la comunidad, del esfuerzo y exigencias hechas por estudiantes, padres de familia y docentes ante las instancias gubernamentales, del apoyo de organismos internacionales y nacionales a través de la Secretaría de Educación Departamental, pero sobre todo, es el sueño de un colectivo que ve en la institución una oportunidad y posibilidad de realizar transformaciones en materia cultural que posibiliten pensar y soñar en la idea de un Plateado diferente, en el cual los jóvenes sean los actores principales de cambio.

Así mismo, el apoyo de algunos organismos de cooperación internacional ha sido fundamental para el fortalecimiento de algunas iniciativas a nivel institucional. En este caso, la definición de acciones alrededor de la Soberanía Alimentaria como eje articulador de la labor educativa parte de la inquietud de algunos maestros por intentar construir otras formas de educar y que encontraron en Save The Children un punto de apoyo para colocar en marcha su apuesta educativa desde la misma redefinición de acciones desde el Plan de Mejoramiento Institucional.

Finalmente el giro político que tomó la Muestra Agroindustrial a partir del año 2017 es un acierto a nivel institucional que ha posibilitado la articulación e intercambio de experiencias con otras organizaciones de base, razón por la cual es un escenario que se debe continuar fortaleciendo.